domingo, 6 de mayo de 2007

COIBA: UNA ISLA ENCANTADA


El Paraíso más grande del Pacífico Americano.
1. Vista panorámica de la isla.
2. Humedales de la isla formados por árboles de mangle.
3. La hermosa islita Granito de Oro.


Texto: Octavio Cogley
Email: ocogley@gmail.com




Eran las 10:00 de la mañana de un sábado cualquiera, con un grupo de amigos en Santiago de Veraguas organizábamos un viaje a la mítica isla de Coiba. Entonces, poca gente mostraba interés por visitar la mayor de las islas de Panamá y del océano Pacífico americano, en total un territorio de 493 kilómetros cuadrados. Quizás el motivo era que Coiba era una especie de Alcatraz, la famosa cárcel de los EE.UU. localizada cerca de San Francisco, California. Esta idea era así, ya que ahí iban a parar los condenados a penas máximas por la justicia local. Eso desde el siglo pasado, cuando en 1922 el Presidente de la República, Belisario Porras, creó el Centro Penitenciario de Coiba, esto ayudó en gran parte, a que la isla se conservara como un tesoro oculto y albergara el arrecife más grande del océano Pacífico americano (135 hectáreas, en Bahía Damas).
PREPARE SU EQUIPO DE BUCEO
Organizada la primera parte de nuestra expedición a Coiba, solicitarnos los permisos correspondientes en las oficinas del Instituto de Recursos Naturales Renovables (INRENARE), hoy la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM), en Santiago, donde también se nos ofreció el hospedaje. Éramos sólo tres aventureros: Joaquín, Faustino y yo. Nos preparamos para el viaje y zarpamos del Puerto del Bongo de Montijo el sábado siguiente a las 5:00 de la mañana en una pequeña lancha. Nos equipamos con comida suficiente, para los cuatro días que pernoctaríamos allá, llevamos cobijas, nuestros equipos de “snorkel” para buceo en aguas poco profundas y lo que se requiere para una aventura de este tipo.
SE VEN MUCHAS ISLAS Y SE PASA FRENTE A LA FAMOSA PLAYA SANTA CATALINA
Bajando la corriente del río San Pedro, donde está el Bongo, el cauce se fue haciendo más ancho. En el trayecto avistamos el puerto más conocido de Veraguas, Puerto Mutis, rápidamente pasamos las islas Verde, Leones, Gobernadora, hasta que avistamos Cébaco, localizada frente a aquella famosa playa Santa Catalina, la séptima en el circuito internacional del deporte del Surf. Ahí, en una zona conocida como Punta Brava, entre tierra firme, la isla de Cébaco y también la isla Santa Catalina, se forman las grandes olas, que son corridas por los aficionados al Surfing. En Cébaco se localiza una playa muy vistosa llamada Galeta Cayman.
BAHÍA HONDA, ERA VISITADA POR TEODORO ROOSEVELT
Continuamos bordeando la costa veragüense hasta llegar a un plácido lugar, que los científicos lo han denominado como otro mar, Bahía Honda y que en su época, sirvió como sitio para vacacionar, al Presidente de EE.UU., Teodoro Roosevelt, y como lugar de pesca de madre perlas en tiempos en que Panamá era parte de la Corona Española. Ahí también, según residentes del área se guarecían submarinos de la marina de EE.UU., ya que es una bahía de alto calado. La entrada a este lugar es impresionante; aguas claras, mucha vegetación y en fin otro de los bellos paisajes de nuestro Panamá. Por algo Mick Jagger, la estrella del famoso e histórico grupo de Rock, los Rolling Stones, se ha interesado en Bahía Onda y periódicamente visita este lugar, por lo que se le ha visto en Panamá.
HAY DONDE HOSPEDARSE
Desde Bahía Honda, con buen tiempo, se avista la isla de Coiba localizada a 20 millas náuticas, inmensa, como otro continente. En pocos minutos llegamos y fuimos recibidos por personal de la ANAM y por científicos investigadores españoles que por varios años han estudiado la flora, fauna y el mar que bordea la isla. Nos hospedamos en un sitio que otrora era un hotel que había sido dado en concesión por el gobierno militar a un ciudadano estadounidense de origen iraní y cuya concesión le fue revocada tras vencer el contrato, durante los tiempos del gobierno militar del General Manuel Antonio Noriega.
GRANITO DE ORO, ISLA QUE HECHIZA
Según informaciones que logramos, este lugar que hoy día sirve como base a la estación biológica de la ANAM, anteriormente se llamó Club Pacífico y era un exclusivo sitio donde vacacionaban turistas y profesionales nacionales y extranjeros, aficionados a la Pesca. A un kilómetro de este lugar estaba anclada una lujosa embarcación llamada Coiba Explorer, que desde EE.UU. y desde Europa traían turistas a estos lares. Al día siguiente de nuestro arribo visitamos una de las maravillas que se pueden avistar en los paradisiacos parajes de Coiba; se trata de una pequeña isla de nos más de 3 mil metros cuadrados, Granito de Oro, una formación coralina de aguas cristalinas y poco profundas, cuyo color blanco conmueve al visitante. Granito de Oro por su belleza en la superficie y sobre todo, en los arrecifes que la bordean, que dan la impresión de un gran jardín de colores, por sus corales vivos, es un verdadero paraíso terrenal.
COIBA, PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD
Las aguas de Coiba tienen la particularidad de estar siempre claras, por estar distantes a tierra firme y a la suciedad que arrastran los ríos, incluso se tornan de un color turquesa. Esta isla que ha sido declarada por la Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia y la Cultura (UNESCO), como Patrimonio de la Humanidad en conjunto con el parque que la rodea del mismo nombre, es poseedora del mayor arrecife coralino del pacífico americano, es una de las mayores superficies marinas protegidas en el mundo, en total abarca un promedio de 270,125 hectáreas de las cuales 53,528 corresponden a unas 30 islas e islotes y 216,543 hectáreas que forman la parte marina.
RICA EN BIODIVERSIDAD
En esas áreas protegidas han sido identificadas 69 especies de peces marinos, 12 equinodermos, 45 especies de moluscos y 13 de crustáceos. Igualmente, se encuentran otros animales de gran belleza como la colaespina de Coiba, venados, conejos, la guacamaya roja, iguanas, ñeques y el mono aullador entre otros.
En ciertas épocas del año se pueden contemplar en sus costas, las ballenas yubartas o jorobadas, orcas y el tiburón ballena, así como los delfines moteados y el nariz de botella, y algunas otras especies de tiburones, tortugas marinas y mantas.
Más del 90% de la isla permanece virgen, cubierto de espeso verdor, con grandes árboles. Cuenta con dos miradores localizados en el cerro Santa Cruz y cerro la Torre, pero su punto más alto es el cerro San Juan que alcanza una altitud de 405 metros. Otras de las islas más conocidas del archipiélago son Pájaro, Canal de Afuera, Ranchería o Coibita, Jicarón y Jicarita. Posee un sendero marino conocido como Boca Grande y varios ríos distribuidos a lo largo y ancho de la isla.
NUEVAS ESPECIES DESCUBIERTAS
El descubrimiento más reciente, lo realizó durante el pasado mes de marzo, un grupo de científicos del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales quienes descubrieron nuevos organismos marinos, incluyendo unos pequeños gusanos aplanados, que se reproducen entre los huevos de cangrejos.
Las organizaciones involucradas en los temas relacionados con la isla esperan que los datos recopilados contribuyan a desarrollar el innovador plan de manejo de este Patrimonio Natural de la Humanidad.
LA ILUSIÓN DE UN PRONTO RETORNO
Así tras cuatro días en esta asombrosa isla retornamos a Santiago, pero en nuestro pensamiento perdura la ilusión de un pronto retorno. Quien quiera visitar Coiba, tendrá que asesorarse en las instalaciones de la ANAM, buscar en Puerto Mutis, Montijo o el Bongo a algún propietario de lanchas que los traslade a la isla, o bien esperar alguna de esas esporádicas excursiones que se organizan en Panamá, ya que no hay ningún sistema de transporte organizado.
Los veragüenses tienen sus esperanzas puestas en el futuro de este paraíso tropical, que de lograr un desarrollo controlado y sostenible, generará empleos y riqueza para los residentes de esta empobrecida área del país.

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