El Legendario Oeste en Panamá
Por: Octavio Cogley
ocogley@gmail.com
No se trata de una película del lejano oeste o “Western”, ni mucho menos de un show de esos del “Wild Wild West”, que ocasionalmente viajan por el mundo haciendo sus presentaciones del sitio donde famosos pistoleros se batían a tiros en la costa oeste de EE.UU. La isla de Taborcillo, en el oceáno Pacífico Panameño, que otrora fuera propiedad del ya fallecido famoso actor John Wayne (1907-1979), se ha convertido en el verdadero escenario de ese legendario oeste, donde el turista puede vivir reminiscencias de esa época del cine de Hollywood, con un héroe como John Wayne con sus dos pistolas, enfrentándose a tiros a un grupo de bandidos o bien conduciendo un rebaño de ganado a través de extensas tierras plagadas de tribus de indios hostiles o de venenosas cascabeles. Aunque pocos lo saben, el famoso actor tuvo socios panameños y le gustaba parrandear en Panamá, lo que motivó su interés por este país. Taborcillo es una encantada isla panameña a sólo 40 minutos de la ciudad capital en lancha y a unos 15 minutos de la población de Punta Chame. En ella, Ralph Huebner, fundador de la Editorial Suiza “Who is Who”, ha creado un concepto especial del legendario oeste con la conservación de la naturaleza, manteniendo intacta la isla, incluso hasta con los arboles de mango que fueron sembrados por el propio “Duke”, sobrenombre por el cual era conocido la estrella del celuloide.
En el centro de la isla, preservando su flora y fauna, se ha hecho una réplica de un poblado del oeste, “John Wayne City”, con la oficina del Sheriff y sus celdas carcelarias, la oficina del correos, un museo, un rancho de tiro, una iglesia y cabañas al estilo de las presentadas en la películas que protagonizaba el famoso actor estadounidense. La panorámica también incluye una aldea de indígenas norteamericanos con los “tipis” o carpas indígenas que utilizaban las tribus Sioux, Comanches, Navajos, Cherokees y Pieles Rojas como sus viviendas.
Una maravillosa variedad de fauna se encuentra en Taborcillo, que ha sido declarado Santuario de Aves, donde majestuosos pelícanos hacen continuas demostraciones de sus habilidades de pesca. Iguanas verdes y negras cruzan los senderos y grandes tortugas marinas sometidas a un programa de protección, pueden ser vistas con un poco de suerte, y durante ciertas épocas del año, desovan en las blancas arenas de esta isla.
Este paraíso del pacífico panameño no es un lugar para aburrirse: hay mucho que hacer. El personal que atiende viste la indumentaria del oeste y el visitante puede encontrarse en su recorrido con una serie de actividades que complementan su estadía. Bañarse en las cristalinas aguas que bordean la isla, tomar el sol sobre blancas arenas o contemplar el mar desde un rancho a orillas de una bella playa pueden ser de su agrado. Una piscina de agua dulce enmarcada en un bello paisaje, para el que gusta de la natación, cancha de tenis, kajaks, veleros y bananas son parte de la diversión que ofrece Taborcillo. Igualmente, quien gusta practicar deportes como el baloncesto o el fútbol de playa puede hacerlo, es un sitio donde los anfitriones le muestran al visitante la amplia gama de actividades que se ofrecen, empezando con un recorrido en lancha alrededor de la isla o a galope, como lo hacía John Wayne en sus películas. Quien esté interesado en visitar este paraíso ecológico panameño, puede dirigirse a Taborcillo por la vía marítima desde el Club de Yates y Pesca de Panamá en un viaje en lancha con una duración de entre 30 y 50 minutos, o bien desplazarse por la vía interamericana hacia el interior del país, tomar la ruta hacia Punta Chame y justamente frente a la Escuela Pública de la comunidad se encuentran las instalaciones de Taborcillo, que ellos llaman “casa en tierra firme”. También se puede consultar a su sitio web:
www.isla-taborcillo.com
Lo más importante es que no hay que ir a Hollywood para conocer y disfrutar de un ambiente del oeste en la isla que fuera de John Wayne, en el paradisiaco pacífico panameño.
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