miércoles, 15 de agosto de 2012

Panamá: Parará Purú

Convivencia con la naturaleza
Fotos y texto: Octavio Cogley
Email: ocogley@gmail.com





En Panamá a diferencia de otros países, la convivencia de los indígenas con la naturaleza no se ha trastocado. Más de 300 mil individuos componen la población nativa de este pequeño país, geográficamente centroamericano, históricamente sudamericano, culturalmente caribeño y con una gran relación con el mundo, especialmente con Estados Unidos, por lo que significó la presencia norteamericana de más de 100 años, desde la construcción del Canal interoceánico hasta su devolución a los panameños el 31 de diciembre de 1999. 

Panamá es un crisol de razas, donde conviven ciudadanos de todos los continentes y donde aún en algunas zonas se conserva el estilo de vida que se tenía en América antes de la conquista europea. Pese a todas las influencias del mundo moderno, los grupos autóctonos mantienen sus tradiciones y costumbres. 

Si usted amigo lector, piensa visitar Panamá, sea testigo de esta realidad. No deje de dar una vuelta por una de las tantas poblaciones indígenas de este país, que ha sabido mantener los escenarios naturales de encantos ecológicos, mezclados con una forma de vida que muestra una riqueza cultural escondida a los lados de grandes y pequeños ríos o de importantes lagos. 

Aquí en un país moderno, a pocos kilómetros, se puede visitar alguna de las variadas aldeas indígenas donde residen grupos que difieren en sus rasgos físicos, culturales y hasta en sus dialectos. Los indígenas panameños viven en comarcas legalmente constituidas (Kuna Yala, Emberá-Wounaan, Madugandí, Ngöbe Buglé y Wargandí).
En un recorrido a través del lago Alajuela, localizado a unos 45 minutos del centro de la capital panameña está la comunidad Emberá de Parará Purú, formada por no más de 100 habitantes, que han sabido cosechar parte de la riqueza que esta generando el turismo. Ahí cada día llegan más turistas, principalmente de Europa y de Norteamérica. 

Los indígenas encabezados por sus propias autoridades representados por el Nokó (jefe) brindan a los visitantes una cordial bienvenida, les presentan su folklore, le ofrecen un recorrido por senderos en medio de la selva tropical o bien les venden sus artesanías confeccionadas con excelentes estándares de calidad. Se destacan las artesanías elaboradas con la semilla de tagua, mejor conocida como "el marfil vegetal", las canastas fabricadas con fibras de plantas extraídas de las montañas o las esculturas de animales labradas en madera del árbol nazareno o del cocobolo.

A pesar de mostrar esa cara natural, la población de Parará Purú tiene condiciones para que el visitante de sienta cómodo. Recientemente con el apoyo de la Embajada de Estados Unidos en Panamá, la comunidad inauguró modernos servicios higiénicos, un acueducto de agua potable y un sistema de alumbrado de sus viviendas con energía solar. Todo esto sin perder su fisonomía de una comunidad indígena, donde aún los residentes visten la indumentaria tradicional de su etnia. No se pierda esta visita, en Panamá agencias de turismo y guías expertos, le ayudarán a vivir esta aventura. 

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