Cuando John Pemberton inventó su tónico para curar dolores
de cabeza, jamás imaginó que su fórmula sería cambiada. Mucho menos Asa Griggs
Candler pudo pensar que la botella que él ideó, sería llenada con otro líquido
que no fuese el creado por Mr.
Pembertón en la década de 1880.
Unos derechos vendidos por apenas $. 2,300.00 (Dos mil
Trescientos dólares) se transformaron en la compañía que maneja el 50 % del
mercado mundial de bebidas gaseosas y cuyo valor en el mercado no es el que Mr.
Pemberton cobró cuando vendió sus derechos a Mr. Candler.
Esta historia de John Pemberton, el creador de ese exitoso
líquido y Asa Griggs Candler, pionero en el Marketing de Masas es realmente interesante.
Esta introducción la hago solo a manera de ilustrar a
quienes no conocen la historia de la popular gaseosa Coca Cola, marca que hoy
día copa los mercados mundiales.
Estudiando en Murray State University, en Murray, Kentucky,
conocí a Bill McKibben, Director Asociado para Estudiantes Extranjeros y
Servicios Escolares del Instituto para Estudios Internacionales de esa Universidad. Él si tiene una verdadera colección
de botellas y artículos de Coca Cola. Los estudiantes de diversos países que
toman cursos de Inglés como segunda lengua le han obsequiado muchas de las
muestras que exhibe en su oficina.
Pero mi tema está dirigido a mostrar una rareza o error, si
se quiere decir de esta gran compañía. No se si existan más en el mundo, pero
cuando observé aquella botella cuyo líquido no era el original, no dude en comprarla.
Estaba en un Mini Supermercado propiedad de unos amigos en Condado del Rey,
Panamá, muy cercano a mi casa.
Unos años atrás, se había producido la transferencia del
Canal Interoceánico, por Estados Unidos a Panamá y la Coca Cola había puesto a
la venta unas gaseosas conmemorativas a la fecha. Ese 31 de diciembre de 1999,
muchas personas, al igual que lo hice yo, decidieron conservar estas botellas
como recuerdo de una fecha importante.
Pero aquella extraña botella de Coca Cola a la que me
refiero, estaba ubicada en medio de un lote de gaseosas Kist de Manzana y su
tapa también era de la marca Kist. Rápidamente compré la gaseosa. Así la he
conservado desde la década pasada, e incluso esto de tener botellas ya se ha
convertido en una pequeña colección. Me han regalado botellas conmemorativas de
diversos hechos en diversos países y en familia con mi esposa Deborah y mi hijo
Brian, hemos aumentado la cantidad de botellas. No tenemos muchas, pero tenemos
una que quizás sea única, nuestra Coca Cola de Manzana.
A esto hemos añadido otras botellas con valor para los
coleccionistas, como una botella conocida como torpedo, que tiene grabada la
marca Ross por un lado y del otro Belfast, en referencia a esa ciudad
irlandesa. Igual tenemos otras botellas, como canecas, frascos de la
tradicional leche magnesia y una
que casi olvidaba, una botella de nuestra popular Cerveza Panamá, que contiene
un error de impresión, ya que le hizo falta el color blanco. Aunque tengo otras no tan llamativas,
me quedo con estas tres, la botella irlandesa, mi cerveza Panamá y con mi Coca
Cola de Manzana.
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