domingo, 2 de diciembre de 2012

Canales secos: Solución contra las inundaciones

POR: OCTAVIO COGLEY ALMANZA

2010-07-09 — 12:00:00 AM — Publicado por el diario La Estrella de Panamá
www.laestrella.com.pa/mensual/2010/07/09/contenido/255601.asp
Hace unos años visité, por invitación de la Embajada de los Estados Unidos, algunas ciudades de ese gran país. Pude observar, por ejemplo, en San Diego, en Los Ángeles y en la ciudad de Tijuana, México, unos canales sin agua. Pregunté por la razón del puente y el porqué de ese gran canal. La respuesta fue sencilla: Cuando vienen los fuertes aguaceros, el agua que cae extra en los ríos y en los drenajes pluviales va a dar a estos canales en vez de inundar las áreas residenciales.

Los canales secos son grandes zanjas adosadas con concreto y algunas veces con hierba, que se ubican en puntos altos del río en distintas direcciones, donde no llegan las mareas altas. Cuando se producen esas crecientes del mar y hay lluvias constantes, es lógico que los ríos se desborden por el exceso de agua, he aquí el papel que juegan estos canales que recogen esa agua extra. Pueden medir un kilómetro, dos kilómetros y más, todo depende de la cantidad de agua que se quiere recoger. Igual el ancho puede ir de un mínimo a un máximo, dependiendo de las mediciones pluviométricas de área.

En algunos lugares estos canales van acompañados de compuertas cerca de la desembocadura del río. Estas compuertas no permiten que el agua del mar durante las mareas altas empuje a las aguas del río, sin embargo las aguas del río sí continúan fluyendo al mar, porque superan la altura de la compuerta, que normalmente alcanza tan solo un pie más que la altura de la marea más alta. Aquí en Panamá para las personas que son observadoras, tal vez se han dado cuenta que cuando hay marea alta, en el caso del río Juan Díaz, este llega casi hasta el centro comercial, Los Pueblo; y en el caso del río Mataznillo las mareas altas penetran hasta Vista Hermosa.

Eso indica que cuando llueve en exceso, esa agua no llega a la Bahía de Panamá mientras se mantiene la marea alta y por ende inunda diversas áreas de la ciudad, como lo ocurrido durante muchas ocasiones en Juan Díaz y áreas de calle 50 y otros puntos. Esos canales no son extraños en Panamá, los estadounidense construyeron varios en territorio del área del Canal. Por ejemplo donde está el Centro de Convenciones Figali, había uno natural, que se escondía en medio de la hierba, igualmente en áreas de Albrook, aunque no tenían grandes dimensiones cumplían su papel.

No solo basta con dragar los ríos cuando hay exceso de agua, también se necesitan estos canales para aliviar la situación de miles de compatriotas que se han instalado en áreas que por lo general son inundables cuando la madre naturaleza arremete. Esto lo hacen por falta de recursos económicos para construir en un sitio que no represente peligro, pero también por culpa de funcionarios que violando lo legalmente establecido aprueban la construcción de viviendas y otros tipos de estructuras en áreas que no son aptas para esto.

Se requiere de campañas de concientización, para que nuestra gente no tire la basura a los ríos y los riachuelos y una buena administración de los recursos dirigidos al tratamiento de la basura por parte de quienes tiene la responsabilidad de recogerla. Se conoce que hay un estudio realizado por la Agencia Japonesa de Cooperación, JICA que contiene todos los argumentos que se requieren para el tratamiento de los desechos, incluyendo recolección, reciclaje y conversión en otros subproductos, inclusive energía. A esto se une que en una ocasión la ex Agencia Alemana de Cooperación, GTZ ofreció sus buenos oficios a la ex Dirección de Aseo de la Alcaldía de Panamá para modernizar la recolección y tratamiento de la basura en Panamá.

A la par de las obras que ejecuten las autoridades municipales y nacionales, tiene que ir el compromiso de la sociedad civil, para que podamos construir canales secos que alivien las calamidades que viven muchos panameños durante el periodo lluvioso. Finalmente, es importante el compromiso que debemos adquirir con la madre naturaleza, para que no nos cobre los daños que irresponsablemente le causamos.